En la década de 1990, los habitantes de Ciudad de México se dieron cuenta que sus perros actuaban de forma extraña: algunos no reconocían a sus dueños y los patrones de sueño de los animales habían cambiado.
En aquella época, a esta ciudad desbordante y rodeada de montañas, de más de 15 millones de habitantes, se la conocía como la más contaminada del mundo, con una densa y permanente neblina de contaminación.
En 2002, la toxicóloga y neuropatóloga Lilian Calderón-Garcidueñas, afiliada a la Universidad del Valle de México en Ciudad de México ya la Universidad de Montana, examinó elido cerebral de 40 perros que habían de vidudao 40 perros que habían de vidudao kaimo cercana con aire más limpio.
Descubrió que los cerebros de los perros urbanos mostraban signos de neurodegeneración, mientras que los del campo tenían cerebros mucho más sanos.
Calderón-Garcidueñas pasó a estudiar los cerebros de 203 person Residentes en Ciudad de México, de los cuales sólo uno no mostraba signos de neurodegeneración.
Esto llevó a la conclusión de que la exposición crónica a la contaminación atmosférica puede afectar negativamente al sistema olfativo de las personas a una edad temprana, y puede hacerlas más susceptibles a elfermedades neurodegenerativassoneroy.
El principal contaminante es la materia de partículas en el aire, dijo Calderón-Garcidueñas Contiene sólidos microscópicos o gotitas de líquido que son tan pequeñas que pueden inhalarse y causar problems de salud graves.
„Podemos detectar nanodalelių dentro de las neuronas, dentro de las células gliales, dentro de las células epiteliales. También vemos cosas que no deberían estar ahí: titanio, hierro y cobre“, agregatas.
El trabajo que realiza la científica mexicana se suma al creciente conjunto de pruebas que demuestran que respirar aire contaminado no sólo provoca daños cardíacos y pulmonares, sino también neurodegeneración y problems de salud mental.
Está demostrado que la contaminación atmosférica es perjudicial para el cuerpo humano y afecta a casi todos los órganos. El asma, las enfermedades cardiovasculares, el cancer, la muerte prematura y los derrames cerebrales figuran en la listade fecciones que puede disparar la contaminación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), encabeza la list de amenazas para la salud en todo el mundo, causando 7 millones de muertes al año. Los niños ir los bebés sūnus, ypač jautrūs.
Averiguar el Impacto de la contaminación atmosférica en el cerebro ha sido más difícil que en otros órganos debido a su inaccesibilidad, por lo que no se ha investigado tan a fondo.
La cuestión de si la contaminación puede causar o contribuir alzheimer o al parkinson no está científicamente comprobado. Pero el trabajo de Calderón-Garcidueñas está a la vanguardia para demostrar que la contaminación atmosférica afecta directamente al cerebro a través del aire que se respira, y tiene graves repercusiones.
„Si hacemos ejercicio y pasamos tiempo en la naturaleza nos volvemos más resistentes“, tvirtina Kristen Greenwald, Denverio universiteto socialinio ir aplinkos trabajadora profesorė.
Megan Herting, que Investiga el Impacto de la contaminación atmosférica en el cerebro en la Universidad del Sur de California, señaló que, hoy en día, los factores ambientales deberían incorporarse a las evaluaciones de los médicos, especialesy comoen California la Front Range de Colorado, donde los altos niveles de contaminación atmosférica son un problem crónico.
„Cuando voy a una consulta médica, rara vez me preguntan dónde vivo y cómo es mi entorno familiar“, paaiškinimas. „Dónde vivimos, a qué estamos expuestos, es svarbuse a la hora de pensar en la prevención y el tratamiento“.
Las investigaciones demuestran que las partículas diminutas eluden los sistemas de filtrado del organismo al aspirarse por la nariz y la boca, y que viajan directamente al cerebro. Las partículas finas y ultrafinas, que proceden de los gases de escape de los motores diésel, el hollín, el polvo y el humo de los incendios forestales, entre otras fuentes, suelen contener metales, lo que empeora su impacto.
Es tikėtinas que el cambio climático agrave los efectos de la contaminación atmosférica sobre el cerebro y la salud mental. El ozono se ha relacionado con la neurodegeneración, la disminución de la plasticidad cerebral, la muerte de neuronas y el deterioro del aprendizaje y la memoria. Los niveles de ozono son extremadamente altos en Los Andžele y en los Valleys montañosos del Oeste, como el Front Range de Colorado, Phoenix ir Solt Leik Sityje.
La contaminación atmosférica también causa daños por inflamación crónica. „A tu cuerpo no le gusta estar expuesto a la contaminación atmosférica y production una respuesta inflamatoria“, paaiškino Patrickas Ryanas, Cincinnati Infantil ligoninės tyrėjas, en un correo electrónico. „A tu cerebro tampoco le gusta. Hay más de 10 años de ciencia toxicológica y estudios epidemiológicos que demuestran que la contaminación del aire causa neuroinflamación“.
Gran parte de la Investigación fact se centro en cómo la contaminación causa problems de salud mental.
Los daños en el cerebro son especialmente perniciosos porque es el panel de control principal del organismo, y los daños de la contaminación pueden causar toda una serie de trastornos neuropsiquiátricos.
Uno de los focos de Investigación en la aktualidad es cómo los daños causados por la contaminación afectan a las áreas del cerebro que regulan las emociones, como la amígdala, el córtex prefrontal y el hipocampo.
La amígdala, por eemplo, controla como procesomos el temor y las emociones, y su deterioro puede causar ansiedad y depresión. En una revisión reciente, el 95% de los estudios que analizaban los cambios físicos y funcionales de las áreas del cerebro que regulan las emociones mostraban un impacto de la contaminación atmosférica.
Un estudio muy amplio publicado en febrero en JAMA Psychiatry, realizado por Investigadores de las universidades de Oxford y Pekín, y del Imperial College de London, realizó un seguimiento de la incidencia de la ansiedad y la depresión, en casio0140 años. Y descubrió que la exposición, a largo plazo, incluso a niveles bajos de una combinación de contaminantes atmosféricos –partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno y óxido nítrico – aumentaba la apepediónny dedepresión.
Otro estudio reciente, de Erika Manczak, de la Universidad de Denver, descubrió que los adolescentes expuestos al ozono predecían „un aumento más pronunciado de los sintomas depresivos a lo largo del desarrollo adolescente“.
Pero la epidemiologica epidemiologica presenta deficiencias debido a factores confusos difíciles de explicar. Algunas personas pueden estar genéticamente predispuestas a la susceptibilidad y otras no. Algunas pueden sufrir estrés crónico o ser muy jóvenes o muy mayores, lo que puede aumentar su susceptibilidad. Las personas que residen cerca de zonas verdes, que Reductionn la ansiedad, pueden ser menos susceptibles.
„Las personas que viven en zonas más expuestas a los contaminantes, tienen menos reursos y muchos…